La curiosidad es cuidado. Cómo los terceros espacios florecen cuando estamos presentes
- Yurani Cubillos

- Dec 9
- 4 min read
¿Buscas un espacio restaurativo para cerrar el año, un respiro de las obligaciones festivas o una forma de sostener una comunidad que te acompañe? Esta semana, Yurani Cubillos escribió una reflexión que dialoga con su blog del dieciocho de noviembre sobre la necesidad de los terceros espacios. Para comprender el hilo completo, te invitamos a leer primero su publicación anterior, en inglés aquí y en español aquí. Luego, ¡Sigue leyendo aquí!

Cuando se trata de apoyar a las personas dentro de nuestras comunidades, ¿por qué dudamos? ¿Por qué lo pensamos dos veces antes de invertir las unas en las otras, pero no cuando se trata de corporaciones que no nos dan nada a cambio?
Últimamente he estado reflexionando y conversando con diferentes amistades sobre los terceros espacios: qué significan, dónde existen y a dónde han ido. A través de estas conversaciones, me di cuenta de algo simple pero profundo: no puedo hablar de la importancia de los terceros espacios sin hablar de las personas que los crean y los sostienen.
Cada tercer espacio comienza con el sueño de alguien.
Alguien que decide abrir sus puertas para ofrecer descanso, conexión o belleza a otros. Alguien que prepara café al amanecer, acomoda sillas para un círculo comunitario, o cuida un huerto que alimenta a sus vecinos. Pero en un mundo donde muchos caminamos por la vida en piloto automático, es fácil olvidar a las personas detrás de estos gestos.

El libro The Art of Gathering de Priya Parker cambió la manera en que pienso sobre la experiencia de estar en comunidad. No habla sobre los terceros espacios como lugares físicos, sino del cómo y por qué nos reunimos en ellos. Habla de nuestra intención detrás de a quién invitamos a nuestras vidas, de nuestra presencia con los demás y en lo que nos enfocamos cuando compartimos un momento, ya sea en un café, en una sala tranquila o alrededor de una mesa.
Me recordó que reunirse nunca es algo neutral. Lleva cuidado, poder y también una responsabilidad profunda.
Apuramos las comidas. Deslizamos los atardeceres en la pantalla. Dejamos que el tiempo se escape en días, semanas, meses, pensando que nuestros amigos están bien porque su trabajo “va bien”. Pero las personas son más que lo que producen.

Este movimiento constante adormece nuestra atención, y con ella, nuestro sentido del cuidado.
Y sin embargo:
Notar es cuidar.
Hacer preguntas es cuidar.
La curiosidad es cuidado.
Cuando empezamos a ver la comunidad como una carga en lugar de un regalo, perdemos el sentido. La comunidad es una práctica. Se construye en los pequeños momentos de preguntar cómo estás, de recordar un nombre, de interesarnos por cómo está el corazón de alguien.
La apreciación por sí sola no sostiene a las personas. La atención y la curiosidad son actos de amor, pero el amor también nos pide que actuemos. Si queremos que estos espacios, y las personas que los sostienen, perduren, tenemos que pasar de la admiración a la responsabilidad. Eso significa presentarnos de forma tangible: comprar una comida, pagar una clase, donar cuando podemos. Porque la verdad es que el cuidado tiene un costo.
Las personas que crean espacios de descanso, arte y pertenencia muchas veces están dando desde sus propios recursos limitados: tiempo, energía, dinero y corazón. Se necesita tanto el cuidado suave de notar, como el cuidado constante de estar presentes. Juntos, mantienen vivos a nuestros espacios y a nuestra gente.
No basta con decir que amamos un espacio, subir una foto y seguir de largo.
Esta semana te invito a pausar y notar. A escribirle a las personas que sostienen tus espacios favoritos. Luego ve, preséntate, lleva a un amigo o amiga, compra un café, siéntate un rato. La pertenencia crece donde la cuidamos.
Siente curiosidad. Escucha con profundidad.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Qué significa “la curiosidad es cuidado” en el contexto de la comunidad y los terceros espacios?
Significa que notar a las personas, hacer preguntas y prestar atención a sus vidas es una forma real de cuidado. La curiosidad nos mantiene conectadas y conectados con quienes están detrás de los espacios que amamos, no solo con los servicios que ofrecen.
2. ¿Por qué la apreciación por sí sola no es suficiente para sostener a las personas que crean y mantienen estos espacios?
Porque aunque la apreciación se siente bien, no cubre las necesidades materiales. Quienes sostienen estos espacios suelen dar desde su tiempo, energía, dinero y corazón limitados, por lo que el cuidado también necesita mostrarse de maneras tangibles como pagar, donar y participar.
3. ¿Qué significa pasar de la admiración a la responsabilidad dentro de la comunidad?
Significa estar presente de manera constante: comprar un café, tomar una clase, donar cuando es posible, invitar a amistades, sentarnos y habitar el espacio. Es convertir el amor en acción.







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